Estamos rodeados de un constante flujo de información que se centra en su gran mayoría en hechos negativos y deja de lado las buenas noticias. Los titulares sobre desastres naturales, conflictos, crímenes y tragedias llenan nuestros medios de comunicación y redes sociales.
Entonces surge la pregunta ¿por qué los medios nos quieren llenar de información negativa y pasan por alto la positiva? Y la respuesta posiblemente es porque son más atractivas para la gente, debido a que despiertan esos instintos de supervivencia que los humanos activaron en la prehistoria.
Desde el inicio de la humanidad, las personas desarrollaron una tendencia a prestar mayor atención a los estímulos negativos. Nuestros ancestros necesitaban estar alerta frente a las posibles amenazas y poder sobrevivir de esta forma en entornos hostiles.
Como resultado, nuestros cerebros están cableados para priorizar la información negativa como una forma de protección y dejar en un “segundo cajón” las noticias positivas. La psicología también juega un papel importante en nuestra preferencia por las malas noticias.
Estudios han demostrado consistentemente que las experiencias negativas tienen un impacto más fuerte en nuestras emociones y en nuestra memoria que las experiencias positivas. Este fenómeno, conocido como “efecto de negatividad”, significa que las noticias desagradables nos impactan más profundamente y permanecen en nuestra mente por más tiempo que las buenas.
Los medios de comunicación tienen un papel significativo, con la difusión permanente que hacen de las malas noticias. El sensacionalismo vende. Las historias trágicas o impactantes generan más atención y audiencia que las conmovedoras o positivas.
Los titulares dramáticos y las imágenes impactantes atraen nuestra curiosidad y despiertan emociones poderosas, lo que lleva a una mayor retención de la información.
La tendencia a buscar y recordar datos que confirman nuestras creencias preexistentes, conocida como “fenómeno de confirmación”, también contribuye a nuestra atracción por las malas noticias. Si ya tenemos una visión pesimista del mundo, es más probable que nos sintamos atraídos por las historias que refuerzan esa perspectiva.
Pero ¿cómo darle espacio a esas historias que inspiran, emocionan y nutren como nuestro podcast?
El consumo excesivo de malas noticias puede ser adictivo y tiene consecuencias negativas para nuestra salud mental. La sobreexposición a noticias negativas puede aumentar los niveles de ansiedad, estrés y depresión. Además, distorsiona nuestra percepción del mundo, haciéndonos creer que es un lugar mucho más peligroso y sombrío de lo que realmente es.
Así que ¿cómo podemos contrarrestar esta tendencia y mantener un equilibrio saludable en nuestra dieta informativa, teniendo en cuenta el manejo que los medios hacen de la información?
En “Historias que nutren” tenemos dos visiones de expertos en contenidos noticiosos que nos muestran cómo se estructura el contenido periodístico y la necesidad de ponerle mayor interés, relevancia y atractivo a las buenas noticias, para ser amplificadores de bienestar.
Daissy Cañón periodista con amplia experiencia en medios de comunicación y quien ha sido consejera editorial y directora de Kienyke.com, 7:30 Caracol y 24 Horas, subdirectora del noticiero TV Hoy, corresponsal de CNN en español y secretaria de prensa de la Presidencia de la República entre otros roles directivos en medios, nos aporta su conocimiento sobre el manejo general de las noticias en los informativos
Por su parte Nicolás Peña periodista y editor que conceptualizó para Publicaciones Semana un par de podcast con contenidos positivos y quien lideró la creación y el equipo del proyecto de periodismo de soluciones Colombia Visible, de Caracol y W Radio, nos complementa con su experiencia en el despliegue y construcción de medios dedicados a entregar buenas noticias a las audiencias.
En este episodio se hablarán de estos temas:
No te pierdas este episodio sobre cómo lograr el equilibrio informativo entre buenas y malas noticias