Dado el apresurado cambio en los estándares en el área del cultivo y la producción de alimentos, es normal que las personas sean precavidas y se pregunten por el estado de la comida que se consume diariamente. Muchos han buscado alternativas y estrategias para mantenerse al margen de las industrias involucradas en su producción.
Una respuesta bastante popular que ha surgido como respuesta a este temor, es la búsqueda, cada vez más activa, de alimentos orgánicos; principalmente carnes, vegetales y verduras.
Pero, ¿no son acaso orgánicos a todos los seres vivos? ¿Puede considerarse inorgánico un tomate, una lechuga o un pernil de res? ¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de vegetales orgánicos?
Aunque no existe una definición universal y categórica para la palabra orgánico en el contexto en cuestión, podría decirse que popularmente se utiliza para referirse a ciertos alimentos cultivados sin intervención de determinados productos sintéticos (particularmente pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales). Esta definición también excluye, quizá invariablemente, las carnes, vegetales y demás alimentos transgénicos (también llamados GMO, u organismos genéticamente modificados).
Debemos añadir también que los alimentos orgánicos son aquellos cuya producción promueve (o busca promover) el balance ecológico, la conservación de la biodiversidad, la autosostenibilidad de la tierra y el respeto al medio ambiente.
Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿Cómo podemos reconocer los vegetales orgánicos de los inorgánicos?
Podríamos empezar diciendo que la forma más fácil de reconocer uno de otro es simplemente leyendo la etiqueta en el supermercado. En muchos países (Colombia incluido), la entidad gubernamental encargada de regular este tipo de cuestiones se asegura de que las compañías que marcan como orgánicos sus productos estén cumpliendo con determinados requisitos. Esto es quizá más cierto en relación con los productos transgénicos, los cuales son sometidos con rigor a control y escrutinio por parte de gobiernos, organizaciones no gubernamentales y los mismos científicos involucrados en su desarrollo. Aunque las leyes, tecnologías y definiciones cambian diariamente, y en este punto ninguna regulación se puede considerar definitiva, está claro que el panorama en ciertos aspectos no es tan mezquino y despiadado como algunas personas llegan a creer.
Otra manera de asegurarte de que los vegetales que consumes son genuinamente orgánicos, es adquiriéndolos directamente en una tienda especializada, responsable y de confianza. No importa en dónde vivas, existen muchas personas que prefieren, como tú, lo natural y no es difícil encontrar cerca de casa un proveedor perfecto para ti.
Bien sea para disfrutar de su sabor, porque es una razón más para compartir e interactuar con amigos y familia, o simplemente porque nos hace sentir bien, todos debemos buscar una alimentación balanceada y encontrar esas cosas que nos gustan y convienen.
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